El
lunes por la tarde en la seminario los profesores de religión tuvimos nuestro
tradicional retiro de Adviento, poniendo una pausa al ritmo frenético de estas
fechas en los colegios e institutos poniendo así mismo, la mirada en la llegada
inminente de la Navidad.
Enrique
Díez Pérez, diácono permanente de la diócesis fue el encargado de llevar este retiro
siguiendo para ello la lectura del Magníficat,
texto bien conocido de los
cristianos y utilizado a diario por aquellos que hacen el oficio de las horas.
Al
igual que María, esa sencilla mujer de Nazaret, cada uno de nosotros hemos sido
elegidos por Dios para acoger a su Hijo en nuestras vidas.
Nos
recordaba, que también nosotros, desde
nuestra apasionante profesión, podemos sembrar la semilla para que Jesús
también sea acogido en los corazones de quienes nos rodean, especialmente de los alumnos a los que hemos de enseñar no solo
desde la teoría sino desde el ejemplo.
Es
muy posible que nuestro tiempo sea más un tiempo de siembra que de recogida,
pero no por ello debemos dejar de sembrar porque nuestra religión nos enseña que
quién acoge a Dios en su vida, sabe que el éxito es saberse amado en cada
instante y nunca sentirse solo.
Y
finalizaba su intervención, antes de dejarnos “meditar en nuestro corazón” sobre lo hablado, deseando que seamos capaces
de acoger ese Amor de Dios con el Nacimiento de su Hijo en esta Navidad.
Los
profesores concluían la jornada compartiendo unos dulces y deseándose lo mejor
para estas fechas y el año que entra.
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