NOTA DE PRENSA
Desde el pasado verano, a través de distintas
declaraciones de la ministra de Educación, Dª Isabel Celaá, el Gobierno había
adelantado cuáles eran sus planes de cara a la regulación de la clase de
Religión en el sistema educativo. Desde el sábado pasado, ya están detallados
por escrito.
En un documento colgado en la web del
Ministerio de Educación y Formación Profesional que lleva el título de
“Consulta pública previa sobre un anteproyecto de Ley orgánica de modificación
de la actual Ley de Educación” establece las bases de su política en
este sector:
·
primar la devaluación de la Religión
como asignatura
·
el criterio social de la educación
concertada
·
y desincentivar la educación
diferenciada
El documento señala entre otras medidas "dejar de considerar la religión confesional
como una materia específica en 1º y 2º de Bachillerato" y, en consecuencia, "evitar
que la calificación que pudiera obtenerse en esta materia se tenga en cuenta en
el cálculo de la media"
para el acceso a la universidad o becas. Además, Educación llama a "organizar" la enseñanza de esta asignatura "de modo que no exista la obligación de cursar
una alternativa por quienes no soliciten dicha enseñanza" con lo cual sería relativamente sencillo sacar la
asignatura del horario escolar.
En cuanto a los conciertos educativos, la propuesta
elimina la referencia a la "demanda
social" como criterio de libre elección de
centro, por lo que no se podrán crear nuevas plazas en los centros concertados
mientras no estén cubiertas las de los centros públicos.
Por último, y no menos grave, desincentiva la "educación diferenciada" calificándola de contraria al principio de no
discriminación por razón de “género” y refuerza los conciertos "para los centros que se organicen bajo el
principio de coeducación".
Desde la Asociación AprendERE Burgos denunciamos este
nuevo atropello a la libertad religiosa y, en
definitiva, al derecho de los padres de educar a sus hijos en libertad y
compartimos las siguientes reflexiones:
1. Nuestro sistema educativo necesita una reforma en
profundidad que supere las carencias observadas en las últimas leyes
educativas. En este sentido, cualquier
modificación que se realice en el sistema educativo debe emanar de un pacto
entre todos los miembros de la comunidad educativa: familias, profesorado y alumnado.
2. El área/materia de Religión está convenientemente encuadrada dentro de nuestro
sistema constitucional y consolidada en las
numerosas leyes educativas que hemos tenido en las últimas décadas. La
alternatividad con otra materia de valores éticos y cívicos no vulnera en
ningún momento el derecho a la igualdad ni implica discriminación alguna, como bien lo expresa la sentencia 31/2018 del Tribunal
Constitucional (10 de abril de 2018).
Es más, dicha sentencia afirma que: "con
estas actividades paralelas y complementarias se trata de asegurar que los
alumnos reciban una formación adecuada para el pleno desarrollo de su
personalidad [artículo 6.1 a) L.O.D.E.], proporcionándoles el bagaje cultural
necesario para su legítimo y pleno ejercicio de la libertad ideológica,
comprensiva de todas las opciones que suscita la vida personal y social, entre
las que se incluyen las convicciones que se tengan respecto del fenómeno
religioso y del destino último del ser humano (STC 292/1993, fundamento
jurídico 5), y que está reconocida en el artículo 16.1 C.E. por ser fundamento,
justamente con la dignidad de la persona y los derechos inviolables que le son
inherentes, según se proclama en el artículo 10.1 C.E., de otras libertades y
de derechos fundamentales (STC 20/1990, fundamento Jurídico 4)".
3. Es de todos conocido, que todo cuanto acontece en los centros educativos forma
parte del desarrollo integral de la persona.
En cuanto a las áreas o materias, al estar debidamente curriculadas y tener la
programación adecuada que contribuya al desarrollo de las competencias del
alumnado, exige de las mismas una evaluación que califique el desarrollo de
estas competencias con un criterio objetivo que determine el desarrollo de
todos los objetivos generales de una etapa a los que contribuye, sin duda
alguna, todas las áreas y/o materias del currículo, entre los que se encuentra
la Religión y/o los Valores éticos y Sociales/Valores cívicos.
4. La exclusión
de la nota de Religión de la nota media del
alumnado elimina la posibilidad de contabilizar la calificación en esta
área/materia dificulta la comprobación del grado de consecución de los
objetivos generales de la etapa.
5. La aplicación de dichas decisiones administrativas,
además de lesionar el derecho a la
estabilidad laboral de decenas de miles de docentes (tanto de quienes imparten el área/materia de
Religión, como de quienes lo hacen con la alternativa) atenta gravemente contra el principio de igualdad
entre los ciudadanos españoles consagrado en nuestra Constitución y contravienen numerosos pronunciamientos judiciales
de las más altas instancias jurisdiccionales de nuestro país.
6. La asignatura de religión es una de las materias
más democráticas. La escogen los padres y los alumnos
haciendo uso de su derecho recogido en la
Constitución Española que concede a los padres el derecho de elegir libremente
la formación moral y religiosa de sus hijos.
7. Pedimos a la clase política que no utilicen a la
asignatura de religión y a sus docentes como "chivos expiatorios" de
una situación del sistema educativo que necesite de una revisión profunda y
dialogada con los expertos y profesionales. La religión en la escuela no es un
problema real; miles de padres eligen esta asignatura en cada escuela española.
8. No se puede organizar la educación desde prejuicios
ideológicos partidistas, que han sido rechazados frontalmente por el Pleno del
Tribunal Constitucional. El sectarismo de nuestra clase política no pueden
imponer sus concepciones sobre la persona, la educación y la convivencia en la
sociedad abierta y plural. Un pensamiento petrificado en el siglo XIX es un
peligro para la convivencia en el siglo XXI. A un miembro de la Unión Europea,
como es España, no se la puede convertir en el país de los analfabetos
religiosos de Europa.
9. En el marco de los Acuerdos con la Santa Sede,
queda claro que “Los planes educativos en los niveles de
Infantil, de Educación Primaria, de la ESO y del Bachillerato, incluirán la
enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación, en
condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”. No hace falta recordar que los acuerdos
internacionales se firman para ser cumplirlos por todo Gobierno.
10. Por último, Los creyentes hemos sido muy
respetuosos con los que no quieren las enseñanzas de religión en la escuela y
hasta hemos buscado fórmulas para que hicieran uso de su libertad. Llevamos ya
bastantes años conviviendo en paz. Nadie está hoy discriminado en la escuela
por la opción que elija. ¿Quién tiene interés en crear un problema donde no lo
hay y crear desigualdad y discriminación a una parte de los ciudadanos,
precisamente aquellos con los que la propia Constitución ordena una cooperación
especial? Un Gobierno que no gobierna para todos
no merece tal nombre: la Educación necesita un marco que sea válido para todos.
ASOCIACIÓN APRENDERE
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